El nuevo y el viejo puente Pumarejo. Éste no permite el paso de barcos río arriba.
El nuevo y el viejo puente Pumarejo. Éste no permite el paso de barcos río arriba.
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José Granados

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El viejo puente Pumarejo se atraviesa a inversiones por cerca de USD180 millones

Se convirtió en un elefante blanco.

Por José Granados Fernández
Twitter @JoseGranadosF


Por 45 años, el viejo puente Pumarejo, inaugurado el 6 de abril de 1974, sirvió al desarrollo regional, muy especialmente al de Barranquilla, pero hoy se atraviesa a la anunciada expansión portuaria del Oriente y el Norte de los departamentos del Atlántico y Magdalena, respectivamente.

Con su limitado gálibo o altura de 16 metros, la vieja estructura, cerrada y sin uso vehicular desde el 20 de diciembre de 2019, cuando fue inaugurado el tres veces más grande nuevo Pumarejo, continúa impidiendo el paso de barcos río arriba, como lo prometió el gobierno de Juan Manuel Santos al contratar la obra que costó $785.000 millones, construida por la empresa Sacyr.

A casi tres años de la inauguración del nuevo puente, con altura de 45 metros, dirigentes portuarios recuerdan que el entonces vicepresidente de la República, Germán Vargas Lleras, el hombre fuerte del plan de infraestructura y vivienda de la administración Santos, les anunció en Barranquilla que el Gobierno Nacional sabía que tumbar el viejo Pumarejo costaba $60.000 millones para permitir el paso de barcos tipo Handyside de, al menos, 20.000 toneladas.

Sin embargo, la demolición nunca fue contratada por el Invías.

Por esa razón, hoy unos 12 proyectos de inversión, por cerca de 180 millones de dólares, entre puertos y otras actividades conexas, están frenados ante la incertidumbre sobre la expansión portuaria que la vieja estructura no permite, conocieron Emisora Atlántico y Zona Cero.com.

Como resultado de esta falta de planeación, las actividades portuarias mayores siguen limitadas a los 22 kilómetros del Puerto de Barranquilla, maltrecho y poco confiable por sus problemas de sedimentación y con limitaciones de crecimiento por la falta de terrenos en zonas aledañas.

Mayores costos logísticos

Tras recordar la improvisación que ha existido en el manejo, monitoreo y seguimiento de las obras del puerto local, Enrique Lequerica, experto consultor portuario, llama la atención sobre que los anuncios del gobierno Santos, además de chocar con la poca altura del viejo puente, ni siquiera cuentan con el diseño de un canal navegable aguas arriba.
 

 

En diálogo con diversas fuentes, logramos identificar que el puente cerrado sigue representando mayores costos logísticos para empresas establecidas en el Oriente del Atlántico.

Alonso Benítez, gerente de Puerto Pimsa.

Alonso Benítez, gerente de Puerto Pimsa, explicó que las materias primas que necesitan en el Parque Industrial de Malambo las continúan descargando en Barranquilla y luego las llevan a sus instalaciones en barcazas o camiones.
 

 

Clemente Fajardo, vicepresidente de Asuntos Corporativos del Grupo Horizontal, que se especializa en el manejo, transporte y almacenamiento de granel líquido, señala que inversionistas de diferentes sectores portuarios están a la expectativa del desarrollo que puede darse tanto en el Oriente del Atlántico como en Sitionuevo, Magdalena, donde ellos llevan a cabo parte de sus operaciones.

 

Apostar a la competitividad

Como se sabe, por el proceso de relocalización industrial que comenzó a darse en la Vía 40 de Barranquilla, la mayoría de las empresas miraron hacia el Oriente del Atlántico. Hoy, en el Área Metropolitana, municipios como Galapa, Soledad y Malambo, además de Sabanagrande, Santo Tomás y Palmar de Varela, tienen un promisorio panorama de crecimiento industrial. De por sí, en esa zona ya se genera el 45% de los empleos por fuera de la capital del Atlántico.

Así lo recuerda Diana Cantillo, directora de la Corporación Empresarial del Oriente, CEO, al referirse a las restricciones que el viejo puente puede causar a los planes de desarrollo industrial, y a los portuarios, en esa área geográfica.

 

 

La dirigente gremial expresa que por su potencial crecimiento y desarrollo industrial estos Municipios -además de Ponedera- deben ajustar sus Planes de Ordenamiento Territorial para atraer inversionistas. La Corporación Empresarial del Oriente acompañó en ese proceso a la Alcaldía de Palmar de Varela, donde funciona la siderúrgica Ternium, compañía que hace la misma operación de Pimsa para llevar a sus instalaciones el acero que compra en el exterior.

Benítez insiste en que la proximidad al río Magdalena les puede permitir una mejor competitividad, por reducción de costos y facilidades en la cadena logística, a las nuevas industrias y a las ya establecidas en el Oriente.

 

 

Varios empresarios buscarán abrir un diálogo con el gobierno del presidente Gustavo Petro para saber qué va a pasar con el viejo puente Pumarejo y a qué atenerse en materia de inversiones portuarias río arriba. Reafirman que el objetivo es priorizar la inversión para avanzar hacia el desarrollo económico y social, en especial con más empleo, que necesita fortalecer el Atlántico.

 

 

 

 

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